3. El diseño de interacción: disciplinas, modelos, principios y prácticas

3.3. Conceptos o factores del diseño de interacción

3.3.5. Toma de decisiones

El estudio de la toma de decisiones es una cuestión central de la actividad humana y se presenta como un tema complejo que involucra diversas ciencias sociales, entre otras, la economía, la psicología, la estadística, la filosofía, la antropología, etc. Las dos corrientes principales abordan el problema desde ópticas distintas:

• El enfoque normativo, que prioriza las decisiones racionales a partir de unos objetivos bien definidos que no se supeditan a las circunstancias particulares de la situación.
• El enfoque descriptivo, que fundamenta sus decisiones en la observación empírica de situaciones reales y las generaliza para elegir la opción más adecuada.

Una de las principales teorías que analiza la toma de decisiones y la resolución de problemas es la propuesta por H. Simon, pionero en el desarrollo de la inteligencia artificial. El proceso de toma de decisión que articula Simon (1993) prioriza la racionalidad considerada como el conjunto de habilidades o aptitudes que guían las acciones hacia los objetivos planteados. El modelo se estructura a lo largo de tres fases o procesos que conducen a la implementación del resultado:

• Inteligencia: explorar el entorno, encontrar e identificar el problema y atenderlo estableciendo prioridades.
• Diseño: concebir y estructurar el problema, y desarrollar posibles soluciones o alternativas.
• Selección: evaluar y seleccionar alternativas posibles, y decidir cuál es la mejor solución.

El proceso de toma de decisiones (decision making process) finaliza con la implementación de las conclusiones obtenidas tras el desarrollo de las tres fases anteriores. Se trata de probar los resultados para verificar si funcionan y aplicar la solución.

Simon también observó la interdependencia e interrelación entre las fases del proceso. En las dos primeras fases, son relevantes la atención y la información que se manejan, porque entre ambas se determina y restringe la capacidad de decidir. Los datos que se usen en el proceso de toma de decisiones dependerán de aquello en lo que las personas sean capaces de fijarse y atender, y del significado que asignen a la información obtenida durante el proceso.

En Las ciencias de lo artificial, Simon (1973) concibe el diseño como la ciencia que adapta medios a entornos para implementar soluciones de diseño, proyectando y ofreciendo artefactos como resultados a los problemas planteados (design as artificial science). Desde la perspectiva de una disciplina generadora de información, el diseño debía adaptar su ejercicio y su manera de proyectar a los constantes cambios tecnológicos, sociales y culturales. Si el diseño deseaba acercarse al gran público, tenía que conocer las mismas normas que estructuran la naturaleza de las actividades humanas. Esta concepción relacional del diseño fue decisiva para estructurar la reforma del plan de estudios de diseño de la Carnegie Mellon University. A partir del conocimiento de los procesos de pensamiento de los individuos y, fundamentalmente, de aquellos que conducen a la creación, valoración, decisión y elección, Simon estructuró la disciplina del diseño en el ámbito académico. La programación de los cursos incorporó el estudio de las relaciones entre el comportamiento y el alcance social de los productos.

Desde esta concepción, los artefactos, como elementos diseñados, constituyen las interfaces que separan el universo interior del entorno exterior. Por consiguiente, los artefactos tienen como objetivo adaptar la concepción subjetiva con la realidad objetiva, definiendo un espacio de interrelación que conecta ambos mundos, y genera una transición fluida y significativa manifestada a través de las actividades que desarrollan las personas.

El proceso de toma de decisiones y la concepción de Simon del diseño como la ciencia de lo artificial han servido de base para generar algunos de los principales modelos de procesos de diseño como, por ejemplo, el Design Thinking.