3. El diseño de interacción: disciplinas, modelos, principios y prácticas

3.3. Conceptos o factores del diseño de interacción

3.3.3. Conceptos y categorías

Los conceptos que elaboran los procesos cognitivos permiten establecer una estructura del mundo exterior, conocida y relativamente estable, que se organiza categóricamente para que las personas se puedan desenvolver con soltura y desarrollar con eficacia sus actividades habituales. Por categoría hay que entender una serie de objetos que se consideran equivalentes.

Los principios de categorización, formulados por Eleanor Rosch en la década de los años setenta, tienen como función principal proporcionar la máxima información con el menor esfuerzo cognitivo y mapear la estructura del mundo percibido. Estas funciones se logran asignando atributos, y definiendo la información percibida y sus implicaciones, que repercuten directamente en la construcción cultural de los conceptos y sus relaciones. Según Kleiber (1995), las categorías constituyen unos modelos cognitivos idealizados en los que intervienen imágenes mentales, y procesos metafóricos y metonímicos.

Los principios de categorización son:

  • Economía cognitiva: categorizar un estímulo consiste en buscar equivalencias y diferencias con otros para que se puedan utilizar con eficacia para orientar la conducta.
  • La estructura del mundo percibido: los objetos del mundo poseen una serie de características que las personas pueden correlacionar en función de aquello que, como especie, perciben y, también, por su interacción con el entorno físico y sociocultural.

Las relaciones que se establecen con los atributos percibidos en los objetos y componentes que configuran el mundo exterior se basan, fundamentalmente, en características y cualidades comunes, atributos comunes de movimiento percibidos por interacción, y semejanzas objetivas en la forma e identificación de formas ponderando parecidos. Estas cuatro operaciones funcionales establecen el nivel básico de conocimiento de los objetos y determinan la dimensión vertical de categorías. Este nivel básico es el que facilita la taxonomía conceptual que identifica el mundo percibido.

La economía cognitiva dicta la dimensión horizontal de categorías que trata de distinguir y relacionar los objetos mediante los criterios formales, necesarios y suficientes, para diferenciarlos y agruparlos en conjuntos. Los prototipos (conceptuales y formales) maximizan el conjunto de atributos y cualidades, representativos y comunes, de una categoría de objetos al tiempo que, gracias a la agrupación prototípica de atributos, aumentan el carácter diferenciador que los distingue de otras categorías de objetos.


Figura 11. Prototipos, clase «mesa» y clase «silla»
Fuente: <https://www.computervisionblog.com/2009/06/shift-of-focus-relying-on-prototypes.html>.

Las principales características que presentan todos los componentes de una categoría prototípica son: comparten atributos y cualidades; determinan un tipo de interacción similar; se pueden identificar por semejanza y por su tipología formal, y pueden representarse imaginariamente y conceptualizarse.

La interrelación de los niveles dimensionales de categorías (vertical-taxonómico y horizontal-prototípico) facilita la organización cognitiva de las experiencias, y constituyen la base que impulsa los procesos de representación y de aprendizaje.