2. El diseño de interacción como práctica sociocultural

2.4. Responsabilidad social del diseño de interacción

2.4.2. El manifiesto de Utrecht: «The Good Society»

Como respuesta a la sociedad de consumo, y a los criterios económicos que imponen al diseño reglas comerciales y de mercado, se organizaron en Utrecht diversas bienales de diseño social (2005-2015) con el objetivo principal de sentar las bases para impulsar y poner en práctica el rol social del diseño.

Una de las principales ideas consensuadas por los diseñadores y las diseñadoras, profesionales, y educadores y educadoras que participaron en estas bienales es que los productos son inútiles, y que no tienen sentido si solo responden a las leyes del mercado e ignoran los entornos sociales en los que adquieren significado (Bruinsma y Zijl, 2015).

El diseño para una «buena sociedad» debe promover un mundo justo y equitativo, que garantice que todos los seres humanos tengan acceso a los bienes y servicios necesarios para una existencia digna. Gracias a la capacidad innovadora del diseño, los y las profesionales deben contribuir formalizando este ideal de forma atractiva, y colaborar para llevarlo a la práctica (Bruinsma y Zijl, 2015).

Para alcanzar una «buena sociedad», se establecen diez premisas que orientan la acción del diseñador teniendo en cuenta su impacto en la sociedad. Sintéticamente, son:

  • Compromiso innovador. Los diseñadores y las diseñadoras pueden impulsar la innovación social, colaborando activamente con sus potenciales usuarios y usuarias para desarrollar buenos productos y servicios.
  • Diseñar socialmente. El diseño imprime calidad al entorno social mediante la formalización de las interacciones sociales entre usuarios y usuarias.
  • Diseñar de forma sostenible. Las propuestas de diseño contribuyen a la gestión de los recursos naturales.
  • Conectar ética y estética. La forma y el uso de productos y servicios promueven comportamientos que reflejan la ética de quien diseña, y del usuario y usuaria.
  • Aportar satisfacción. Si un diseño aporta un uso gratificante y la persona se siente satisfecha, se extiende la vida útil del producto.
  • Actitud crítica. Los diseñadores y diseñadoras deben adoptar una actitud crítica, dada su influencia en el ámbito de las actividades y relaciones humanas, para promover una sociedad abierta y justa.
  • Diseño transparente. El diseño debe mostrar claramente las condiciones y los procesos del producto o servicio, y no ser engañoso.
  • Compromiso. El diseñador y la diseñadora deben contribuir a mejorar las condiciones de vida, y aportar soluciones a los problemas cotidianos de las personas.
  • Ser radical. Los diseñadores y diseñadoras pueden utilizar su imaginación y experiencia para estimular, y para ofrecer soluciones innovadoras para los problemas de la sociedad.
  • La responsabilidad de la comunidad de diseño. Profesionales y escuelas de diseño deben estimular nuevas perspectivas del rol social del diseño.